El acto de dar generosamente,
de
compartir
un plato de comida,
de dar
una palmada
en la espalda,
de ampliar
las posibilidades de vida
de poblaciones
vulnerables, no solo
cambia la vida de
quienes reciben
la ayuda, sino la de
todos
los involucrados en ayudar.
Por eso, te invitamos a
experimentarlo
en tu propia piel
convirtiéndote en un
voluntario
recurrente a través de la
aportación mensual. Una forma de
convertirte en un pilar fuerte de
cambio,
acercándote a las causas
que importan,
es incluir en tu vida
el ser generoso,
experimentar dar,
disfrutar el ayudar,
y en ADRA
queremos hacerlo bien.